Como ya os dije en la primera entrada sobre LA FAMILIA, el
papel de la vida familiar en el desarrollo de la autonomía personal es
importante.
Empieza en el equipamiento básico que desde la niñez el hombre
adquiere en la estimulación y apoyo que recibe en el medio familiar.
Se piensa que el desarrollo de la autonomía es proporcional
a la reducción de cualquier responsabilidad de los padres en el ejercicio de la
misma.
Os presento distintos tipos de estructuras educativas
familiares:
-
Autoritarismo:
o
Estable: estructuras y recursos cognitivos poco
diferenciados , simplificadores y sin capacidad de autonomía personal efectiva.
Vocabulario pobre y repetitivo à
“porque lo digo yo”.
Moral heterónoma à
dependencia del grupo, fuerte dependencia de lo exterior y de la moral de
grupo.
Débil identidad personal.
Asimetría y distancia de la relación paterno-filial.
Rechazo de toda comunicación à
“es así y punto”.
Pautas prescritas verticalmente.
Consecuencia: cultivo de personalidades conformistas sin creatividad ni
autonomía, pobreza de sentido de la identidad personal.
o
Inestable: proceso de gradual diferenciación
cognitiva y de auto-apropiación personal.
Garantía de negativismo.
Consecuencias: los niños encontrarán su autonomía frente a la autoridad
de sus padres y no con ellos.
-
Sobreprotección:
Máxima permisividad: conseguir para sus
hijos todo lo que desean ante el temor a los riesgos, ahorrándoles la necesidad
de lucha para ello: “quiero darle a mi hijo todo lo que yo no he podido tener”.
Consecuencias: vida fácil, el sujeto
utilizará cualquier medio para conseguir su objetivoà formación de TIRANOS.
Mal punto de partida para el logro de una
autonomía responsable.
-
Independencia creadora:
Estructuras abiertas, consistentes,
creadoras, que se abren con firmeza a la complejidad de la realidad, y que son
fruto de la interacción con el medio.
Consecuencias: el sujeto se siente más
autónomo, más libre y responsable de sus actos, solidaridad cocreadora y
respetuosa de la libertad en la convivencia con los demás.
Relación afectiva y de respeto mutuo, deseo
de que los hijos se sientan cada vez más libres y responsables de sus acciones,
más adecuado para el desarrollo de la autonomía personal.
Proceso de ayuda para que los hijos
encuentren justificado el uso de su libertad.
Necesario que nazca de la convivencia y no
del enfrentamiento; del ejemplo.
Consejos y orientaciones.
La afirmación de la autoridad, encarnada en
la vida y en la conducta, va forjando la conciencia moral de los hijos,
capacidad de autonomía como subsuelo imprescindible de la autonomía personal.
Educar es enriquecer la personalidad del niño para que pueda
ir apropiándose de la misma.
El aprendizaje de la libertad nace de un gradual
enfrentamiento del niño con la realidad de los demás.
Que el niño sea libre va a depender de las posibilidades y
de experiencia que tenga de apropiación y ofrecimiento a los demás en las
situaciones de la vida familiar. Lo que facilita, estimula, fomenta el
potencial personal de autoapropiación libre de su personalidad.
El niño necesita de la autoridad, del orden y de la
disciplina para que, apoyado en la seguridad de la aceptación pueda interiorizar
normas y ejercitarse en la emancipación,
en formas de autodisciplina y en actividades progresivamente más responsables.
No se puede enseñar a ser libre, si no es desde la autoridad.
En la vida familiar es esencial la comunicación y la
participación activa entre sus miembros.
Tiene que haber una verdadera comunicación recíproca, desde
el reconocimiento del otro como persona puede existir algo en común; algo en lo
que se participa.
La participación supone ayuda en el proceso de desarrollo
personal.
Tiene que existir diálogo, consenso; que es forma de
entendimiento basado en la concordia y en el amor, cooperación y diálogo que
admite coincidencias y discrepancias, respeto a los demás.
La verdadera autoridad no se impone, se decanta y atrae por
sí sola, libera y humaniza, promueve el diálogo y hace posible el crecimiento
de la verdadera libertad.
Factores esenciales la autoridad, el ejemplo y el amor.
-
Autoridad:
hecho efectivo en la vida que investía y legitimaba moralmente a su
poseedor para tomar decisiones. Facultad o fuerza moral, valía personal y efectividad
social. Facultad de una persona de orientar y determinar la conducta de otras.
El sujeto ha de ser reconocido por el grupo como tal en el que se ejerce la
autoridad, precisa de una fuerza moral y ejemplaridad.
-
Ejemplo: poder formativo en la vida familiar, ya
que los padres se ofrecen como objeto de imitación a sus hijos.
-
Amor: la naturaleza ha dotado a los padres de
esta cualidad y actitud trascendental, necesaria para educar. Sin amor no hay
educación posible ya que es el motor de la misma. Tiene que tener un carácter
ético, promotor de su madurez personal, suscita respuesta efectiva, general
amistad y obediencia en los demás.
Aristóteles decía: “el buen amor, el amor
honesto consiste en querer el bien para el otro.
Os cuento:
Hay cosas que NO SON NEGOCIABLES.
è
No pasa nada porque les digamos un NO a nuestros peques. Tienen que saber
que hay normas, si las normas vienen dadas desde casa y se cumplen
democráticamente, sabrán que fuera también hay normas que hay que cumplir.
è
Debemos explicarles por qué ese NO.
è
Madres, no perdáis vuestra autoridad diciendo “cuando
venga tu padre”. Cuando es no, es no, no hay negociación posible.
è
Contratos conductuales à ojo, contrato conductual no
significa manipulación, con esto hay que tener muchísimo cuidado. Éstos son
normas que hay que cumplir (como podréis ver en programas de supernany).
A modo de ejemplo: Cuando hagas los deberes
puedes jugar. Cuando recojas los juguetes podrás ver los dibujos.
Con estos contratos no sólo fomentáis el
uso de normas, si no que le vais dando pautas para que sea responsable.
è
No hay libertad posible sin responsabilidad y
consecuencias. Tenemos que explicarles que para ser libre hay que ser
responsable.
Puede jugar al balón en el parque, pero tiene
que ser responsable del mismo, y de no hacer daño a los demás y sobre todo, que
si hace daño a alguien sin querer, sea consecuente con ello y pida perdón y
dialogue. Si esto no se hace… no hay parque.
Os cuento, ayer llevé al centro el juego que puse en la
anterior entrada, llegado un momento se fue de las manos….terminado el juego,
lo quité de la mesa, les puse música y a hacer relajación. Qué paso? Pues que
no querían hacer relajación, querían seguir desfogándose, pero tienen que
entender que no siempre es lo que ellos quieran, tienen que entender que si su
comportamiento no ha sido el deseado, tienen unas consecuencias…intenté una
negociación, al no ser posible dije “hacer lo que queráis”. Fue un arma de
doble filo, pero salió como esperaba. Estaban descolocados, se sentaron en sus
sillas, y se callaron, yo puse música clásica y todo el mundo estaba callado.
Cuando llegó la coordinadora uno dijo “profe estamos castigados”…me pareció
impresionante cómo enlazaron mi “hacer lo que queráis” con un castigo…que
realmente no era un castigo, pero se dieron cuenta de que me habían saturado al
ser desobedientes, y que no podía haber negociación posible con ese
comportamiento que habían tenido, el significado de “hacer lo que queráis” les
llevó al entendimiento de que hay veces, que uno no puede hacer lo que quiera…hice
uso de su libertad, y de su responsabilidad, y ellos haciendo uso de la misma
(sin manipulación alguna) hicieron lo deseado, pero no por mí, sino por ellos…por
qué?? Porque estaban pidiendo límites, hay veces que cuando una persona
reacciona de manera agresiva, rebelde, impulsiva, lo que está pidiendo es un
límite porque ella misma no se puede controlar, pero no es un límite de cogerle
y sentarle, no es darle una pauta para que se autocontrolen.
Nosotros como padres
y educadores que somos tenemos que ponerles límites, así el día de
mañana ejercerán su responsabilidad y libertad haciendo ejercicio de su
autocontrol.
Y aquí os dejo la foto.
Espero que os haya gustado,
Un abrazo a todos y pasad un buen fin de semana disfrutando
de vuestra familia.